El gremio ha liderado acciones concretas para acelerar la modernización del marco regulatorio, promoviendo un uso responsable de drones que contribuya a una agricultura más resiliente frente a los desafíos climáticos.
En un contexto marcado por los crecientes desafíos del cambio climático y la urgencia de hacer más sostenible el uso de tecnologías en el agro, el rol de los drones en la aplicación de fitosanitarios se ha vuelto cada vez más relevante. Sin embargo, en Chile, la regulación vigente para las aplicaciones aéreas aún no se actualiza para incluir esta tecnología, generando una brecha entre el potencial de estas herramientas y su implementación segura y eficiente en el campo.
Frente a este escenario, la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas (AFIPA) ha asumido un rol activo para avanzar hacia una regulación acorde con los nuevos tiempos. Según explican desde el gremio, si bien los drones ofrecen, en determinados casos, ventajas como una aplicación más precisa y de menor impacto en la salud humana y el medioambiente, su uso requiere condiciones controladas y reglas claras, específicas para este tipo de tecnologías, lo que no ocurre en la actual regulación del Ministerio de Salud, responsable de la normativa sobre aplicaciones aéreas en Chile.
La norma que regula actualmente las aplicaciones aéreas de plaguicidas (Decreto N°5 del Ministerio de Salud, 2010) lleva más de cinco años en proceso de revisión. Mientras, los drones ya han sido reconocidos como naves aéreas no tripuladas por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) desde 2015, mediante la norma DAN 151. Este desfase normativo ha frenado la adopción formal de drones para la aplicación de fitosanitarios, limitando su aprovechamiento en el combate eficiente de plagas y enfermedades agrícolas.
“Desde AFIPA observamos que, pese al creciente aumento en el uso de drones en la agricultura, la modificación de la regulación sobre su uso no había tenido los avances necesarios”, afirman desde la agrupación. Ante esta situación, AFIPA se puso como objetivo trabajar por el perfeccionamiento normativo, realizando gestiones ante el Ministerio de Salud para reactivar el proceso, lo que finalmente generó la liberación del borrador para la consulta pública en 2024 sobre el proyecto de modificación del Decreto N°5.
«Esperamos que el resultado esté en el menor plazo posible para que el impulso y creciente uso se dé en un marco regulatorio claro, que permita aprovechar los beneficios de esta tecnología de manera segura para los agricultores, los consumidores y el medio ambiente. Creemos en el valor del trabajo conjunto con las autoridades, y en la importancia de contar con reglas claras que permitan aplicar correctamente los fitosanitarios con esta tecnología, aprovechando al máximo sus beneficios sin comprometer la seguridad de los agricultores ni el entorno», señalan desde AFIPA.
Además del trabajo normativo, AFIPA ha desplegado esfuerzos de capacitación y transferencia tecnológica. Destacan las jornadas realizadas junto al MINSAL en la Región del Maule, sobre gestión de riesgos y buenas prácticas en el uso de los productos fitosanitarios. Estas acciones responden no solo a un vacío regulatorio, sino también a la necesidad urgente de formar capacidades en el uso de herramientas tecnológicas que permitan disminuir el impacto ambiental y en la salud humana cuando se aplican en las condiciones correctas.
Tecnología al servicio de la resiliencia agrícola
La agricultura nacional se enfrenta a fenómenos cada vez más extremos y erráticos, que demandan soluciones innovadoras y sostenibles. En este contexto, los drones podrían representar un avance en eficiencia, una oportunidad para reducir la deriva de productos químicos, optimizar el uso del recurso hídrico y minimizar la exposición de operarios a sustancias peligrosas. “La aplicación de drones es una solución que es muy atractiva, pero debe ser usada en condiciones controladas, porque de otro modo puede generar muchos más problemas que beneficios. Por eso es necesario contar con una regulación actualizada como es el Decreto 5 del Ministerio de Salud”, señalan desde AFIPA.
El trabajo de AFIPA contribuye así a fortalecer la resiliencia del sector agrícola, al promover el uso responsable de tecnologías que apoyen una transición hacia prácticas más sustentables, seguras para las personas y adaptadas al nuevo escenario climático. Mientras se espera la pronta aprobación del nuevo marco regulatorio, el gremio reafirma su compromiso con una agricultura más segura, innovadora y sostenible para todos.
Fuente: GreenNetwork